semana tres

dos fases lunares pueden ser muy largas.
son un montón de días de ausencia de llamadas, un montón de horas amontonadas entre pensamientos que no van a llegarte, un montonazo de cosquillas acumuladas sin hacer. un lío enorme de pies que no encuentran nudos, de rastas que ya no molestan ni se descuelgan por entremedio, un montón de miradas desenfocadas al techo.

la monogamia es mal



Yo no creo en la pareja.

Estoy perdidamente (de perder el norte) enamorada de una loca más perdida que yo, y aunque me gustaría dormir con ella muchas mañanas, no quiero casarme con ella. Ni dormir solo con ella. Ni pensar solo en ella.
No es una obligación que me imponga, no quiero tener que dormir con otras para cumplir mis principios, pero no quiero pensar que si me apetece en algún momento no pueda hacerlo. De hecho, no quisiera ni tener que plantearme a la loca cuando me apetezca estar con otra. Ni plantearme a otra cuando disfrute de la perdida. Ni quiero que ella lo haga.

Es tan súmamente maravillosa cuando es feliz que espero que haga sencillamente lo que le dé la gana.

Eso es para mí el respeto a la otra persona. No entiendo a quienes plantean a las amantes como engaños; para mí, el no tenerlas si lo deseas es engañarte a tí misma. No entiendo el amor como una cárcel en la que no puedas ver, tocar, sentir y amar a quien te apetezca.

Brigitte lo dice mucho mejor que yo.

No es que sea defensora del poliamor sexoafectivo como modelo de relación vital, es que no creo que exista un modelo vital. En mi vida he cambiado tantas veces de opinión como de bragas y de amante, y de gustos y de apetencias. Y eso es lo que me hace atractivo el mañana.



al sol, como las bragas tendidas

se ha quedado más rato del planificado, ha mirado el móvil y ha salido corriendo, diciendo que tenemos  una conversación pendiente. yo no se lo he dicho, pero lo que tengo pendiente es un polvo. estoy harta ya de hablar; palabras que no llevan a ningún sitio, que se las lleva el aire y tropiezan en las esquinas. creo que eso se lo tendría que haber dicho, pero ha salido tan rápido que la cerveza no me ha dado tiempo a organizar las letras para que sonara algo decente como despedida.


Hace tiempo que no escribía, estaba reorganizando mi propio yo.


Pero hoy me acordé de las manos y de sus dedos
las uñas y los pellejos
y los nervios que se reflejan en ellos.

El pelo y las orejas
con sus respuestas pendientes
Los ojos, las lágrimas, las pupilas que crecen

La sonrisa unas veces, y otras la espera
desear que no salgas por esa puerta

Toda la parte de tu vida que desconozco y me invento
por favor, que todo eso no me quite el sueño.